Ámsterdam: consejos

Si estáis planeando una visita a la ciudad holandesa, os dejo un par de consejos y apuntes.
La podéis visitar en tres días sin mucho estrés. No tiene demasiadas atracciones o sights, y la mayoría son mercados o museos. Si no os tira mucho el arte, podéis dedicaros a pasear por el centro y disfrutar del ambiente.

Estación central de Ámsterdam (Flickr)
A mí me ha recordado a Londres en pequeño: mismo clima, mismo ambiente. Lleva el paraguas siempre encima, aunque amanezca el día con un solazo del copón. Diez minutos después lloverá, y otros diez minutos más tarde volverá a salir el sol. Así de hijo puta es el tiempo.

Lleva el 80% de tu presupuesto en cash, como mínimo. Pese a ser una ciudad muy moderna, la mayoría de bares y comercios no aceptan tarjetas de crédito o bancarias que no sean holandesas. En nuestro caso, ni siquiera el B&B. Tócate los huevos.

Nada de barcos. Una vez y nunca más. Lejos del romanticismo, dormir en una cabina de barco es un verdadero coñazo. Literas pequeñas, colchones dignos de un albergue del Camino de Santiago... mucho mejor un hostel bien comunicado en el centro.

Evita los coffeeshops del centro. Son para guiris y turistas ruidosos. Nosotros estuvimos en De Rokerij, un coffee ambientado en la India, con buena música, buena atmósfera y hierba de calidad. Eso sí, cuidado con lo que pedís, a nosotros el globo de una "medium" nos duró toda la tarde.

Improvisa. Llevábamos la guía Time Out, el mapa que había preparado y aún así acabamos entrando en las cafeterías y bares que nos pedía el cuerpo. Busca tus propios rincones. Disfruta de la música en directo y no te cortes en entrar en cualquier sexshop.

Y poco más. Ámsterdam merece la pena. Es una ciudad con encanto, lejos de las putas y los coffeeshops.

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