Los hombres del mañana (vaya hijos de puta)

225x225-2360minichildresistantJ25-02black

Leo en el mechero que acabo de comprar “un 85% menos de accidentes”.

Resulta que ahora los mecheros llevan una especie de alambre sobre la rueda para que haya que presionar más fuerte y así los niños no puedan encenderlo.

Se ve que en la era pre-alambre, los incendios y accidentes caseros causados por niños pirómanos estaban a la orden del día. Pero ya no. Ahora sólo el 15% restante sale televisado en estos programas fresquitos como Gente o Está pasando.

Y todo gracias a un triste alambre. Lo poco que cuesta hacer las cosas bien.

Ahora los niños ya no se queman los dedos ni hay que ponerles crema dental(?) en la herida. Se conoce que Binaca está a punto de presentar quiebra. Binaca y la empresa que fabrica iodo. Ya no hace falta iodo porque los niños tampoco se hacen costras. Los niños no se hacen costras porque no se caen en los parques, porque no juegan al sopapo, a mosca o a polis y cacos. Papá y mamá han visto en la televisión a una señora que dice que jugar a polis y cacos genera patrones de conducta violentos. Papá y mamá no quieren que el pequeño Marc sea un futuro monstruo de Amstetten.

La señora de la tele brinca de los cuarenta y acaba de ser madre, pero no importa porque lleva gafas de pasta, compra en Ikea y deja que sus hijos salten en el sofá, se están expresando.

Papá y mamá han ido de compras y el pequeño Marc se encabrona y patalea en el suelo cuando sus padres no le quieren comprar la camiseta de Pocoyo, pero papá y mamá no pierden la calma, han leído que hay que razonar con los críos, nada de levantar la mano ni dar un cachete (en este momento el pequeño Marc está rojo como un pimiento y tiene la yugular a punto de reventar). Se ponen a hablar muy flojito y sosegado con el pequeño Marc, haciéndole ver que no puede tener todo lo que pide (la señora de la tele dijo algo sobre recompensas y castigos), pero como el niño no razona papá, que es un blando, cede y le compra la camiseta. Y lo único que el pequeño Marc pedía a gritos era un bofetón.

En el colegio ya no insultan al pequeño Marc por su sobrepeso, fruto de los atracones a Bollicaos. A los niños que lo insultaban los mandaron al rincón de pensar (nada de castigar sin recreo o llamar a la directora). Además, sus respectivos papás los han llevado al psicólogo porque a la crueldad natural del colegio ahora la han llamado bulling, que suena mucho más cool y patológico. Al gordo ya no se le puede llamar zampabollos, ni al miope gafotas.


Dicen que mi generación va a ser la primera sin piso. Espero que también sin hijos, o al menos, sin hijos subnormales. Y que toda esta estirpe de educadores, psicólogos y padres idiotas viva para ver la mierda de generación que han creado.

0 comentarios :: Los hombres del mañana (vaya hijos de puta)

Publicar un comentario