Becas Argo (o cómo dinamitar mis planes de vida de un día para otro)

Cuando estaba finalizando la universidad me apunté al programa de becas Argo. Estas becas, otorgadas por el Ministerio de Educación y la FICYT, son una especie de becas Erasmus para realizar prácticas en Europa, Asia o América.

En noviembre de este año yo ni me acordaba de que había llamado a esa puerta, pero mi CV se había depositado en la bandeja de entrada de una empresa de telecomunicaciones española y me habían preseleccionado para ir a Bucarest durante 6 meses. Recibí la tentativa por correo y acepté seguir con el proceso, "total, por probar...".

A las pocas semanas me contactó una persona ofreciéndome esta misma beca pero en lugar de Bucarest en Varsovia, concertando una entrevista con el que sería mi responsable en caso de recibir la beca. Hablamos por teléfono y la sensación fue positiva para las dos partes. La oferta no tardó en llegar.

Dynamite de Neilwill

Solté la bomba en casa, me puse el casco y abrí el paraguas esperando el aluvión de platos y objetos varios lanzados sobre mi persona. La decisión no ha sido fácil: Nora ha dejado su país para estar conmigo en Barcelona y yo se lo agradezco marchándome 6 meses y dejándole un piso perfectamente amueblado. Además, dejo un contrato indefinido en una empresa potente por unas prácticas en Polonia. Olé.
Por otro lado, para las prácticas en Europa, se han otorgado 1.100 becas entre 2009 y 2012, por lo que soy uno de los pocos afortunados. Voy a estar colaborando en Telefónica, trabajando para una multinacional de fabricación y distribución textil, enorme también.

Tras consultar a mi familia y antiguos compañeros decidí dar el paso y marcharme. Mi padre dio con la tecla indicada: en esta vida hay que arrepentirse de lo que uno no ha hecho.

Así que aquí me tienen, a las puertas de dejar mi actual compañía, reducir mis posesiones a 23 kg y tomar un avión rumbo a Polonia.