See ya

Recuerdo a mi padre despidiéndose del trasto de hija de una familia que habíamos conocido de vacaciones y nos cogió cariño: “Aunque crezcas, para mí siempre tendrás siete años”.

Porque es lo que pasa en los hasta nunca y en los hasta siempre. Se nos congela un último fotograma en la retina y embalsamamos los recuerdos con una bolsita de alcanfor contra las polillas.

Brad acaba de salir por la puerta. Le han repetido hasta la saciedad que era una pena que se fuera. Y él, una tras otra contestaba lo mismo: este día tenía que llegar, antes o después. Y tiene razón. La vida va hacia delante. Hacia atrás ni para tomar impulso, dijo el sabio.

Pues eso, que fue divertido mientras duró. Suerte.

1 comentario :: See ya

  1. Y mejor persona, gran tío, una pena no haberlo conocido más. Es de los que te quitan los prejuicios de toda la mierda que te han metido por los ojos y los oídos

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