El último de 2008

2009-print-preview-blog Se acabó lo que se daba. Lejos de querer caer en típico post "Mecano", es inevitable echar la vista atrás y ver cómo de bien (o de mal) nos lo hemos montado estos últimos doce meses. No somos más guapos, ni hemos crecido, pero somos algo más listos (o menos tontos).

He conocido gente nueva, leído algunos libros, visitado nuevas ciudades, saltado en unos cuantos conciertos, pero sobretodo, me lo he pasado de puta madre, cerrando bares, subido a las barras de los garitos, siendo mil veces rechazado por princesas de una noche.

Este dos mil nueve va a ser un año decisivo: acabaré la carrera - si no la lío parda - y me marcharé de Erasmus. Estaré alejado de toda la gente que tengo cerca, de los que cada sábado me hacen una llamada, con los que comparto mis días, y mis noches.

A los años no hay que pedirles nada - "a este 2009 le pido..." -. Tampoco hay que hacer grandes propósitos. Que los años sean malos, buenos o cojonudos depende de nosotros mismos. Me parece bastante idiota esperar que sea 1 de enero para apuntarte al gimnasio, dejar de fumar o echarle un par de huevos e invitar a tomar una copa a esa tía con la que te cruzas cada día.

Todos los días son 1 de enero, al fin y al cabo - bueno, 2 de enero, aún no sé por qué sigue el día 1 en el calendario... -.

Así que olvidaros de esa patraña de ser felices, como dijo aquel, y disfrutad cada uno de los 365 del próximo año.

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